El Papa, la renuncia y la sabiduría
Cuando estudiaba en el Seminario tuve una pequeña discusión con uno de los profesores. Fue en su despacho. Me dio una larga plática sobre la importancia de recibir el ministerio de lector, que es uno de los pasos previos para llegar el sacerdocio católico. En este ministerio el Obispo entrega el libro de la Biblia y el candidato al sacerdocio promete estudiarla habilitándole para leer la Palabra de Dios en público, en las celebraciones litúrgicas. Al final me pidió la opinión. Le dije que era un acto social de poca relevancia y que no le veía gran significado toda vez que cualquier persona leía las lecturas de la Palabra de Dios en la Misa, empezando por los monaguillos a los cuales apenas se les entendía. El profesor se puso serio acompañando su rostro adusto con duras palabras.
El tema es que el Papa ha renunciado. No entiendo la extrañeza que ha causado. La misma iglesia católica ha dictado unas leyes que prevén que el Papa renuncie cuando él personalmente entienda que no está capacitado para su ministerio. ¿Acaso, se promulgan leyes para que no se cumplan?
Esto es uno de los riesgos que tenemos todos. Hacemos propósitos, dictamos leyes para nuestras vidas que luego nunca llevamos a la realidad. Es como las extensas conferencias del Seminario para facultarnos a leer la Biblia en las celebraciones litúrgicas cuando esto, en la práctica, lo hacían niños y monaguillos. O como el mail de un amigo que acabo de recibir que, por enésima vez, se ha propuesto dejar de fumar para los próximos meses. Una cosa son las ideas, las leyes y otra lo real.
A los humanos nos gusta dictar leyes, proponer ideas para luego analizar las mil y una formas de no cumplirlos o, al menos, de arrinconarlas en el olvido.
Desde este punto de vista es recomendable proponerse no pensar tanto, o mejor, que lo que pensemos o dictemos se concrete y realice. Porque si no, decretamos miles de mensajes a la mente que nunca aterrizan en la realidad haciendo de nosotros unos puros teóricos. Dicho de otro modo, mucho “bla, bla, bla…” y pocos frutos.
Por eso no me meto en si el Papa ha renunciado en el momento más adecuado o si es lo mejor para la iglesia. Lo que sí considero es que este hombre vestido de blanco, de escritos y enseñanzas sencillas, profundas; de modales modestos y de gran riqueza intelectual es práctico. Tiene ideas propias, conocimiento, formación y las lleva a la vida.
Al que dibuja ideas y las hace realidad, sea Papa o campesino, se le dice sabio.
***
Gracias por su visita
Para ir a la página de inicio haga clik en la siguiente imagen:
Filed under: Buenas Noticias del P. Gumer | Tagged: Benedicto XVI, el papa teologo, Gumersindo Meiriño, papa renuncia, papa y renuncia, Teología, valentía de Benedicto XVI | Leave a comment »